Puede que nos confunda
el rumor de la noche reptando la fachada
y emprendamos la huida,
sin permitir siquiera que nuestras decepciones
admitan su derrota
ni dejar al recuerdo que avive la esperanza,
hará frío en la calle,
y tristes emociones deslizarán sus manos
sobre la blanca escarcha
de los viejos deseos,
y un tiempo de lujuria,
desarbolando besos,
impelerá destrinos en los pájaros
y el recelo de Dios.
Del poemario “Las horas descontadas” (Ediciones Vitruvio, 2010)
Me parece excepcional el poema.
ResponderEliminarRealmente bueno.
Saludos
Máximo