mi cara,
no sé si dolida,
sí distinta.
(tú)
fuiste
lo más difícil
que vi en tus ojos.
divino, tu cuerpo
de hoteles, fotografías, arquitecturas de verano,
flores puestas en agua,
caminos de horizontes
amplios
de noches
de estrellas
y amor a la carta.
exceso de perfección
de cada cual,
en sus rimas,
quizás...
frente a su espejo.
pero no es tiempo
de parálisis
frente a ese mar
que veo
o una luna.
pues ahora
huyeron las aves
de tu lengua
de sofá.
desaparecieron
como por magia
las caricias de la carne
débil
y el sudor,
los acompasados movimientos.
y somos víctimas,
en la distancia de lluvias,
de los párpados abiertos
sin lágrimas, ni palabras
ya.
y sólo el silencio nos acompaña,
y nos envuelve en incógnitas
de culpa,
como versos que somos
ya huérfanos
de música,
de ritmo.
Bien, José, uno de los primeros poetas en Netwriters. Bonito y original ejemplo de tu Poesía. Saludos.
ResponderEliminarJosé, precioso poema en el que no cabe buscar culpas...Yo al menos no las he encontado, sólo maravillosos versos como el que aquí dejo reseñado.
ResponderEliminar“como versos que somos
ya huérfanos
de música,
de ritmo. “
Si me ha gustado el poema, estos versos finales me parecen una maravilla.
Un saludo.
Que sencillo y que bonito.
ResponderEliminarNo sé que puedo decir, has conseguido que lo sintiera.
Gracias.
Gracias a vosotros por vuestras palabras!
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