Mi cántaro hace tiempo está ya lleno
y empieza lentamente a desbordarse
yo sé que habrán algunos de alegrarse
al advertir el modo en el cual sueno .
Y habrá quienes dirán : Debe ser bueno
el que canta al caerse o al cansarse,
tu fondo , que aún no llega a divisarse
pareciera ser claro y ser sereno.
Pero sabrán los menos que ese canto
cuyo sonido causa algarabía
es hijo de la dicha y del quebranto .
Y que, porque prefiero la poesía
a las sonrisas fáciles y al llanto,
mi cántaro tiene agua todavía.
“Pero sabrán los menos que ese canto
ResponderEliminarcuyo sonido causa algarabía
es hijo de la dicha y del quebranto .”
Eso es la vida, Alejandro, alternancia de alegrías y tristezas o, como dices tú ,de dicha y quebranto. Pero tenemos la suerte de contar con la palabra para dar consistencia a los recuerdos y desinfectar las heridas...
Que continúe el cántaro desbordándose, lo que importa es que no se rompa.
Un saludo.
... mi cántaro tiene agua todavía.
ResponderEliminarDejemos condensar todo el poema en ese verso tan lleno de vida.
Gracias por compartirlo.
Creo que todos somos hijos de la dicha y del quebranto...
ResponderEliminarFelicidades
Buen poema, sin duda. Y buena reflexión en tu comentario. Si, no nos escapamos de ello. Pura dialéctica. La existencia.
ResponderEliminarGracias a todos por sus comentarios, por dedicar parte de su tiempo a la lectura de este poema
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