con la costumbre. No la costumbre
que envuelve y ratifica,
que asienta las raíces, sino aquélla
que, como un narcótico invisible,
va dejando en nosotros el sopor
de la desesperanza.
Hoy mantengo esa guerra
sin ningún armisticio.
Que no pueda el cansancio
llevar a mis ejércitos
a capitulaciones que justifiquen
el peso que lleva el porvenir.
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Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarResidual, invisible. La costumbre pesa, narcotiza.
ResponderEliminarSe trata de no rendirse...
Saludos muchos, Emilio.
Saludos muchos, Emilio.
“Que no pueda el cansancio
ResponderEliminarllevar a mis ejércitos
a capitulaciones que justifiquen
el peso que lleva el porvenir.”
Enhorabuena, Emilio, por este poema. Lo recojo, como recordatorio de intenciones, para rehacer mi dimensión a punta de razones, para delinear mi esperanza punto por punto...
Gracias por compartirlo, es magnífico y tan contundente...
Besos y un fuerte abrazo
Este poema está escrito hace tiempo. Hoy lo habría escrito de nuevo...a caja. Y quizás lo habría modificado algo. Pero así fue publicado en Diario Despertar y así está expuesto. Gracias por los comentarios, Luna y Atxia.
ResponderEliminarEn estos tiempos que corren eres mi poeta favorito. Lo sabes tú y todos los oyentes de Radio Aldaia, en Valencia, jajaja.
ResponderEliminarUn abrazo muy grande.
Gracias Mila...ser favorito implica afecto. Me conformo con ser uno de tus favoritos como persona. Tú también lo eres para mí en ambas facetas, la vida y la escritura, aunque, para mi, son casi lo mismo. Escritura como modo de ser y caminar.
ResponderEliminarCuántos puntos de inflexión a lo largo de la vida.. y qué necesarios son.Pasar de un tipo de concavidad a otro dando los valores que queramos a la variable independiente...
ResponderEliminarMe encanta Emilio.
Un abrazo
Se nota, Emilio, que tu oficio es saber decir. Haces que las palabras cobren un nuevo sentido y, a tu manera, ganas esa batalla diaria a la costumbre. Porque no hay narcótico que pueda contra el torrente de la escritura.
ResponderEliminarUn abrazo.
Emilio, buen tema, la vida es un continuo caer y levantarse y es bueno acostumbrarse, lo más elemental es que vuele alta la moral. Un abrazo.
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