Somos soledades aferradas al frágil misterio de dejar de serlo. El pasado, el presente y el devenir en suspenso. Somos la corriente sanguínea que fluye a la velocidad del viento, una constelación de sabores, la ignominia y la silueta. Somos la mar, que profundamente nos devela, un Sol que tramonta el propio destino, una migaja anónima y un gran lago bermejo. La constancia del alma y el tiempo del cuerpo, las pasiones de Ser y No ser y la infinita huella de aquello que hacemos. Somos, una necrológica latente, un giro del humor, una lengua que nos contiene. Un gran signo imperfecto, una luna espeja, una nube en colisión, una lluvia añeja. La melancolía de alguna muerta estrella, el torbellino de las mareas, la humedad y su fragancia, un bendito sueño, la sonrisa o la mueca, el gesto y un corazón alerta. Porque después de todo lo que creo que somos, seré también lo que creas que soy ,aún a pesar de serlo o no.
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