Por las calles van a cotidiano
los vivos moribundos con pasos solitarios,
con mirada vagabunda,
en espera de un mañana mejor,
y en espera de sentir menos dolor.
La vida que se agota a cada instante,
se queda hacia atrás a cada paso,
y sin poder disimular la tristeza en cada rostro,
éste cada vez luce más fatigado y sin frescura
como las hojas secas que caen en otoño y
que el viento se las lleva poco a poco.
Oh, la vida que con el tiempo, encuentra en el camino
desilusiones y sufrimientos, sin muchas veces
poder alcanzar del sol un rayo de calor,
sin haber encontrado sosiego a sus lamentos y
ni quien le dé el justo valor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
El autor de este texto agradece sus palabras.