Yo también vivo en Sol,
he montado una tienda transparente
junto al color cristal de “spanish revolution”
en la búsqueda cierta de otra forma de ser,
en el labio partido, la palabra sencilla,
el compromiso audaz y generoso,
la forma más primaria de soñar.
Yo también vivo en Sol,
he dejado la dulce somnolencia,
el consumismo inútil,
las propuestas hipnóticas de la televisión,
los productos que intentan anular mi conciencia
y la apatía impuesta por quienes no desean
que sepa lo que pasa
en las inmediaciones del poder.
Yo también vivo en Sol,
¿en dónde vives tú?
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