Es el mío un amor prohibido
nacido en la libertad de amar
libre albedrío, dicha
que no le importa el qué dirán
pasión secreta, flor huraña
que busca en la carne
el aroma encapsulado del alma
agua bendita, escapulario
protector del corazón
es el nuestro un amor ciclón
que me envuelve con ansias
en la gravedad más cálida
enojo ardiente, canto rodado
ósculos sellados
en segundos imperfectos
brisa descarada del tiempo
rubor feliz
que discurre y renace
dentro de mí
El escandido marca el compás de la lectura y evita que las comas acentúen un ritmo que, en este poema, es fácil, natural, fluido y convierte todo lo escrito en un soplo, un aliento único, sin fisuras. Un espléndido aliento sin fisuras, armónico, ligero y compacto a la vez.
ResponderEliminarUn bello poema, Mirian, fresco y natural...Como el rubor que viene cuando menos te lo esperas y sin que lo llamemos.
ResponderEliminarUn saludo.