Un día viendo un programa de televisión, un-una decorador de interiores (el género es lo de menos), proclamaba con descuidada naturalidad:
— ... en ese rincón unos libros para darle calidez... (Eran 4 libros amontonados de manera descuidada sobre una pequeña mesita junto a un sofá).
No se puede leer ni el título, ni se termina de ver con claridad la portada de ninguno de ellos.
Y yo me pregunto: ¿Se puede ser más necio y superficial? Utilizar un libro exclusivamente como un objeto de decoración.
Unos libros no para leerlos (vaya tontería). Un objeto que a quien lo ha creado le ha llevado muchas horas de trabajo, desechar todo eso y recurrir tan solo al efecto que crean en una habitación o al colorido de una portada.
¿Nunca se habrá planteado este decorador que dentro de un libro podría encontrar algo valioso?, o por lo menos que le pudiera gustar.
Se me ocurre un negocio: "Libros sin letras, para decoración".
E incluso se me ocurre el eslogan con el que los vendería: "Libros en blanco con portadas de colores, para conseguir calidez en las casas y en las frías noches de invierno, para reavivar chimeneas perezosas".
Presencias en la noche
Diario de una experiencia sobrenatural. Perfil del protagonista. (Aventura susceptible de resultar novelada)
Leí este texto hace unos días, sin embargo no contesté en su momento por falta de tiempo.
ResponderEliminarUna desazón extraña se iba quedando en mí al sentir las palabras. Hoy a vuelto a sucederme.
Gracias.
Gracias, creo que si, que crean desazón. A mi el primero.
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