donde se esconden al acecho
predadores, presas y poetas
ruge hoy inquietante viento
extraño, abrasador
y carro de tormentas
¿de qué pechos ignorados
de qué pulmones milenarios
parte esa suma de voces
débiles, postergadas, pequeñas
que al chocar con las fisuras del tiempo
producen pavor, temblores y tornados
espantan al predador, a las presas alertan
e inspiran a los poetas?
no es nuevo el viento
su edad acumula milenios
la misma que el cobarde
el valiente
y el traidor
pero hoy arrastra tempestades
desde las canteras de Odluvai
y de Laetoli
del África natal
con sus praderas germinales
la tormenta arrastra el aliento
del pintor de Altamira
los temores de Lucy y su pareja
el grito silencioso de los chicos de Tucumán
Formosa y Bangladesh
la rebelión de tantos marginados
el clamor de los rebeldes
y justos sacrificados
y el aliento final
de invadidos e invasores
que pisaron y pisan
los hoy diseminados
campos de Pangea
desde que diera el postrer grito
el último neandertal
¿cuánto viento hará falta
cuántas tormentas deberán pasar
por las hendijas del tiempo
-eternas y estrechas-
hasta que los vendavales
se tornen brisa
y héroes los poetas?
(Jorge A. Colombo, 2008)
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